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Programa Huertas

Programa Huertas en Centros Educativos de nuestro municipio.

Programa Huertas en Centros Educativos: más allá de la huerta…un aprendizaje para todos y una forma de trabajar junto a los vecinos, en torno a la seguridad y soberanía alimentaria .

El Programa Huertas en Centros Educativos (PHCE) es una experiencia que desarrollan conjuntamente la Intendencia de Montevideo (IM), la Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP) y la Universidad de la República (Udelar) desde el año 2005, con la coordinación de la Facultad de Agronomía (FA) desde el año 2005.

La propuesta se basa en la docencia, ejecución y seguimiento de huertas en escuelas de Montevideo, fundamentalmente de la periferia de la ciudad, trabajando también con la comunidad. La tarea es desarrollada por un equipo docente integrado por estudiantes, Ingenieros Agrónomos o idóneos en agroecología, que se desempeñan como Orientadores de la huerta escolar. El trabajo cuenta, además, con el aporte de una maestra que busca mejorar la articulación entre la currícula de cada grado y el trabajo en la huerta.

El objetivo general es promover un cambio cultural hacia una nueva forma de dignificar a la persona, creando hábitos de trabajo y vínculos solidarios en comunidad y en relación con la naturaleza. También busca desarrollar hábitos de alimentación saludable y que los mismos se extiendan a los hogares.  Así, la huerta, de propuesta agroecológica, es referente y aula expandida que promueve aprendizajes de distintos contenidos curriculares y un cambio positivo en valores y actitudes respecto al trabajo en la tierra, la alimentación, la naturaleza y el cuidado del ambiente.

¿Aprender a cultivar o cultivar aprendizajes?                       
La evaluación de los aprendizajes a partir de la huerta es muy satisfactoria. El PHCE contribuye al aprendizaje de las Ciencias de la Naturaleza y las demás áreas del conocimiento: matemática, lenguaje, ciencias sociales,  gracias al intercambio de saberes y experiencias entre maestros y orientadores.
En los niños, se destaca la formación en valores y el trabajo en equipo, al tiempo que propicia la atención a la diversidad y despierta el gusto y revalorización por el trabajo manual.
Para las familias resulta un ámbito adecuado para rescatar los aprendizajes y saberes de abuelos, padres y vecinos que se involucran en la propuesta, favoreciendo además los vínculos familiares a partir de una tarea compartida.

La huerta escolar, “con deberes domiciliarios”
Respecto a la adopción de huertas familiares, los resultados de una encuesta a niños y sus familias realizada en 2008, mostraron que el 23% de los hogares cultivaban al menos algunas hortalizas, aromáticas o frutales y sólo un 6% de los consultados respondieron no tener interés por desarrollar la tarea. El 51% de los encuestados manifestó que les gustaría tener una huerta familiar, demostrando que estarían dadas las condiciones para profundizar el trabajo hacia la comunidad. A su vez, hubo una tendencia positiva de adopción de esta práctica de huerta familiar en niños que llevaban por lo menos tres años de experiencia de huerta escolar.

El rescate de prácticas locales y de recetas de comidas tradicionales es una actividad permanente en las escuelas. La elaboración de recetas tradicionales con productos de la huerta escolar es habitual en las escuelas del Programa. Cada cosecha de la huerta suele acompañarse de un taller de cocina donde los niños, muchas veces con sus familias, elaboran preparaciones que se degustan colectivamente.

La articulación e interacción de los orientadores de huerta con los maestros comunitarios ha dado resultados muy positivos en la instalación de pequeñas huertas familiares en los hogares de los niños. En el año 2011, una estudiante del Instituto de Profesores Artigas, desarrolló un trabajo de investigación que buscaba evaluar el impacto del PHCE en niños de dos escuelas (158 de Cuchilla Pereira y 303, del Cerro). Casi la mitad de los niños realizaban alguna práctica de cultivo en sus hogares, acompañados fundamentalmente por sus padres, aunque también participaban abuelos, hermanos, tíos y primos.

Acciones que busquen una mayor coordinación con los maestros comunitarios y de apoyo, para implementar espacios de participación a través de talleres para padres y comunidad, permiten extender la experiencia de la huerta a los hogares. En el entendido que, la agricultura urbana es una actividad que promueve desarrollo en la comunidad, a través de la mejora de la seguridad alimentaria, el cuidado del ambiente urbano, la mejora de la autoestima e identidad cultural y la conformación de redes comunitarias, la estrategia de promoción de huertas familiares a través de las escuelas como una política pública, puede constituirse en una valiosa herramienta.

En el Municipio G
Varias son las escuelas de este territorio que participan de esta experiencia.

  • 125- 302 JM Silva 4340 e Instrucciones, Barrio Lavalleja
  • 258 - Cenen Rodríguez 4737 y Cnel. Raiz, Peñarol
  • 154 - Osvaldo Rodriguez, Peñarol Viejo
  • 50-185 - Lezica 5722, Colón
  • 217- J Lafayette 1455, Peñarol
  • 266 - Camino Durán y Yergos, Complejo América
  • 158 - Camino de los Molinos 5765, Cuchilla Pereira
  • 145-290 - Montalvo 6289, Villa Colón
  • 270 - Camino Melilla 6420 -Verdisol
  • 122 - Garzón 645, Sayago

Además, se articulan acciones con los SOCAT, Policlínicas barriales,  CAIF,  otros centros educativos, contribuyendo l trabajo en red en torno a la promoción de huertas familiares, recuperación de espacios y alimentación saludable, entre otros temas.

Promover seguridad y soberanía alimentaria en varios ámbitos
En cuanto a las acciones que el PHCE puede desarrollar en torno a la seguridad y soberanía alimentaria, éstas se traducen en la promoción de huertas familiares y en el trabajo hacia una alimentación saludable por parte de los niños y sus familias. La experiencia indica que el cultivo y cosecha de vegetales por parte de los niños mejora el consumo de los mismos,  más aún cuando se acompañan de talleres de elaboración y degustación junto a las familias.

Además, el hecho de contar con un equipo docente que trabaje en torno a la Agricultura Urbana y Periurbana de base agroecológica en la Universidad, convierte al espacio en referente en estos temas. Es así que se reciben múltiples demandas de grupos de vecinos, instituciones de educación, de rehabilitación, proyectos vinculados al desarrollo humano entre otros. A partir de ello, se están desarrollando o proyectando trabajos integrales (de docencia, investigación y extensión interdisciplinarios) en cárceles y planes y proyectos de desarrollo en diferentes instituciones y territorios.

Mejorar la calidad de vida de los montevideanos: una tarea compartida
Para las autoridades de la educación pública, el PHCE ha logrado ganarse un lugar y demostrar que, con un trabajo coordinado orientador-maestro pueden lograrse aprendizajes significativos, para contribuir a la formación de ciudadanos responsables con un futuro sustentable.

Para la IM, el PHCE ha permitido consolidar acciones en torno a la agricultura urbana y el cuidado de espacios comunitarios. Particularmente para la Unidad de Montevideo Rural, extender actividades agrarias a los hogares de los niños es una manera de “enseñar” la importancia de la producción de alimentos y las prácticas que buscan conservar los recursos naturales.
Para la UdelaR y la Facultad de Agronomía, el PHCE es una oportunidad para interactuar con sectores de la sociedad - docentes, niños y sus familias, otras instituciones - que en principio parecían ajenos a su accionar y que contribuye a despertar el interés del Montevideo urbano por las actividades que vinculan a los seres humanos a la tierra y el ambiente. Además es una manera de contribuir con la formación de los futuros Ing. Agr. poniendo en práctica de conocimientos agronómicos, la resolución de problemas, el abordaje del manejo de sistemas ambientales complejos y en el despertar del compromiso y sensibilidad hacia sectores vulnerables de la sociedad.

Hemos demostrado que tres Instituciones complejas, con objetivos aparentemente diferentes, han encontrado el cometido compartido de contribuir a generar un futuro sustentable para todos y pueden poner en común recursos,  saberes y esfuerzos para ello.

En la década de la educación ambiental, el PHCE espera continuar y profundizar acciones que contribuyan a generar aprendizajes en niños y niñas y sus familias, docentes, universitarios  y vecinos…… para un futuro sustentable.
 

Equipo docente del PHCE-   2013